lunes, 6 de mayo de 2013

Galicia tiene futuro forestal

Galicia, una potencia forestal sin explotar


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Galicia juega un papel muy relevante en la producción nacional de madera y posee un potencial de desarrollo del monte muy elevado. Sin embargo, estamos infrautilizando aspectos positivos y opciones de cara a un mejor aprovechamiento de la capacidad del monte en su conjunto.
El sector forestal aporta el 3,5 % del PIB de Galicia; genera, entre empleos directos e indirectos, un total de 70.000 puestos de trabajo, y alcanzamos el noveno puesto mundial en cuanto a producción. No obstante, poseemos una estructura sectorial muy desajustada, ya sea en lo tocante a la propiedad, ya sea en lo que hace referencia a la gestión forestal. Estas conclusiones fueron desarrolladas, recientemente, en el debate multidisciplinar organizado por la Asociación de Becarios de la Fundación Barrié, de cara a presentar un diagnóstico y un plan de futuro de la actividad a la Xunta de Galicia.
Varios ejemplos llaman la atención de nuestras peculiaridades. En madera de rollo superamos el 50 % del total español; en madera aserrada, el 43 %; en tableros, el 33 %; en pasta de papel, el 35 %; y en muebles, el 8 %. Es decir, a medida que se les va agregando valor a las materias primas, perdemos peso. O, lo que es lo mismo, Galicia y sus empresas no extraen el mayor provecho a una riqueza existente en su tierra.
Una segunda consideración es la referente a la utilización del monte. Los datos proporcionados por las empresas y por los investigadores sitúan Galicia como una región forestal escasamente aprovechada. El 30 % de la superficie forestal es improductiva. Si lo comparamos con Finlandia (solo el 12 % es improductiva), Austria (14 %), Suecia (18 %), o Estados Unidos (21 %), nos damos cuenta del potencial que poseemos y que, en la actualidad, no hemos conseguido poner en valor.
Si nos centramos en la estructura de la propiedad, nos encontramos con otro de nuestros rasgos estructurales negativos. El propietario gallego medio posee dos hectáreas repartidas en ocho parcelas, y solo un 3 % participan en fórmulas de cooperación con otros propietarios. En consecuencia, sería conveniente apostar por una cooperación en la gestión de las parcelas, dentro de una planificación conjunta de la explotación de los terrenos para poder aumentar la productividad y ser más competitivo. Tales circunstancias hacen que la productividad del monte gallego se sitúe por debajo de otros países. A modo de ejemplo, la productividad del pino gallego está por debajo de Brasil, Nueva Zelanda y Chile; y en el caso del eucalipto, por detrás de Brasil, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Chile.
Las vías para reconducir los problemas estructurales pasan, a juicio de los empresarios y expertos reunidos el otro día, por conseguir, de entrada, una certificación del monte. A modo de ejemplo, se puede decir que solo el 7 % de la superficie gallega está certificada, frente al 93 % que posee Finlandia, el 70 % de Alemania, el 69 % de Suecia, el 66 % de Austria o el 40 % de Francia. Tales diferencias nos colocan en una situación de difícil competencia y posicionamiento. Al avanzar por esta vía, aumentaríamos tanto la superficie como la cantidad de madera certificada, alimentando el asociacionismo de los propietarios forestales.
Como bien apuntó un experto, «hay que dar mayor aprecio a lo rural» y, como apostilló un empresario, es preciso incrementar «la valorización integral del monte». En este sentido, en la reunión de los becarios de la Fundación Barrié se ha hecho mención de los productos no madereros existentes en el bosque. Alcanzan al 25 % de su valor. Nos estamos refiriendo tanto a los productos alimenticios (castañas, hongos, miel, plantas ornamentales, carne de caza) como a productos medicinales, vegetales, etcétera. Es decir, un amplio abanico de posibilidades que, potenciadas correctamente, ayudarían a revertir la situación actual de despoblamiento rural y acentuarían el valor de ciertos productos que en la actualidad empiezan a poseer una demanda creciente.
En suma, un conjunto de carencias y de fortalezas referidas al aprovechamiento forestal sobre las que, como conclusión, se puede decir que tenemos un oro verde calculado en más de 2.000 millones de euros, que podemos ejecutar de inmediato y que todavía estamos pendientes de cómo enfocar, desarrollar y vehiculizar su riqueza. Como dice algún amigo, «todavía estamos a tiempo». Esperemos que no se pierda la oportunidad.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Fagor : ¿Problemas?

LE EXIME DE CUMPLIR SUS OBLIGACIONES FINANCIERAS

BBVA rescata a Fagor tras las salvedades de Deloitte a las cuentas de 2012




Por segunda vez en tres años, la banca ha salido al rescate de Grupo Fagor. El fabricante de electrodomésticos controlado por Corporación Mondragón ha conseguido que las entidades financieras le eximan de cumplir sus obligaciones de su elevada deuda, que ya fue renegociada en 2010. Por si fuera poco, Deloitte ha advertido en su informe de auditoria de que las cuentas no reflejan bien el patrimonio de la sociedad.
Estas advertencias son los apuntes más importes de la cuenta de resultados del Grupo Fagor Electrodomésticos en 2012, año en el que registró unas pérdidas de 89 millones de euros. Unos números rojos que fueron consecuencia de la caída del consumo, de la inversión destinada a la expansión internacional y del proceso de adaptación a la nueva realidad de los mercados. La compañía obtuvo una facturación de 1.167 millones de euros, lo que supone un 9% menos que el año anterior.
Las ventas internacionales alcanzaron el 76% del volumen de negocio como respuesta a la actual situación del mercado español, en el que la facturación del sector descendió el 10,9%. Pese a ello, la compañía considera que las previsiones de cara al ejercicio 2013 son "positivas" y apuntan a un crecimiento del 10% en el área internacional.
Un optimismo que se contradice con su situación financiera. Porque Fagor Electrodomésticos, que tiene una deuda total de más de 374 millones de euros, tuvo que pedir árnica a sus bancos acreedores a finales de año al no poder cumplir con los ratios financieros del crédito sindicado ya renovado en marzo de 2010. Ese alargamiento de la fecha de pago incluía dos años de carencia del principal, por lo que se deduce que la corporación industrial ha dejado de cumplir sus exigencias financieras a las primeras de cambio.
BBVA, el mayor acreedor de la empresa vasca, le concedió el waiver y, además, le dispensó de hacer frente a sus compromisos durante el primer semestre del presente ejercicio. La comisión rectora de Fagor está evaluando si la empresa podrá cumplir durante 2013 los ratios relacionados con la deuda financiera neta sobre el Ebitda y esta partida respecto de los gastos financieros neta.
El hecho de no hacerlo podría suponer el vencimiento anticipado de los préstamos, por lo que la filial de Mondragón debe de renegociar de nuevo todo su pasivo a la mayor rapidez posible. La sociedad también tenía líneas de financiación por 159 millones de euros que le expiraban el pasado mes de marzo y sobre las que no se dice nada en la memoria de resultados.


Sobrevaloración y créditos fiscales
Lo que sí expone el citado documento es que Deloitte está en desacuerdo con la contabilidad del grupo. La firma de auditoría ha realizado importante salvedades sobre el balance y la cuenta de resultados de Fagor, que hubiera presentado pérdidas mucho mayores si los gestores hubieran atendido las matizaciones de Deloitte.
En concreto, la firma advierte que el grupo debería de haber registrado un deterioro de su inversión en su filial francesa, valorada en 130 millones de euros. Estas subsidiaria ha presentado números rojos significativos que la han descapitalizado lo suficiente como para hacer una provisión. Fagor estima que el valor de recuperación es suficiente como para no reconocer ninguna pérdida, pero Deloitte advierte de que su opinión es poco prudente.
Un aviso similar hace sobre una sociedad creada por Fagor para licenciar su marca en determinados mercados en el ámbito de la línea blanca, al considerar que se ha sobrevalorado. Y una indicación aún más dura realiza sobre la contabilidad de los créditos fiscales (24 millones de euros), que la empresa debería de dar de baja al estimar que, en el contexto económico actual y tras las reiteradas pérdidas operativas, no serán recuperables.
Deloitte concluye que, teniendo en cuenta las minusvalías de 2011 y 2012, el patrimonio ha disminuido a niveles preocupantes. Además, apunta que el pasivo corriente del grupo excede el activo, lo que le lleva a advertir de “la existencia de una incertidumbre significativa” sobre la capacidad de la compañía de mantener su actividad normal.